Signos y tratamiento de la hemorragia posparto 

Por Karen Miles

Este artículo fue publicado originalmente en BabyCenter.com

y fue revisado médicamente por expertos de SMFM.

Obtenga información sobre la hemorragia posparto, los factores de riesgo de un sangrado excesivo y el tratamiento de la hemorragia posparto (PPH, por sus siglas en inglés). 

  • Sí. Es normal tener algo de sangrado y flujo vaginal inmediatamente después del parto. A medida que la placenta se desprende, deja vasos sanguíneos abiertos que sangran en el útero. Después de que sale la placenta, el útero generalmente se contrae, estos vasos sanguíneos se cierran y se reduce el sangrado.

    Este tipo de sangrado y flujo normal se llama loquios. Normalmente son de color rojo brillante al principio, pero deberían volverse progresivamente más claros y menos abundantes, en color y cantidad, durante las primeras semanas. El cuerpo está bien preparado para lidiar con una cierta cantidad de pérdida de sangre porque el volumen total de sangre aumenta casi un 50 % durante el embarazo.

    Después del parto, su proveedor de atención médica le ayudará a contraer el útero presionando firmemente el abdomen. También le administrará una forma sintética de la hormona oxitocina (Pitocin), que puede ayudar a contraer el útero. Amamantar también ayuda porque hace que su cuerpo libere oxitocina de forma natural.

  • Desafortunadamente, algunas mujeres sangran tanto después de dar a luz que es necesario un tratamiento adicional. El sangrado excesivo se llama hemorragia posparto (PPH).

    El sangrado profuso que ocurre dentro de las primeras 24 horas se considera una hemorragia posparto primaria (PPH, también llamada PPH inmediata), y ocurre aproximadamente entre el 3 % y el 10 % de los nacimientos en los Estados Unidos.

    Con menor frecuencia, la hemorragia posparto puede ocurrir en los días o semanas posteriores al parto, lo que se denomina PPH tardía (o retrasada o secundaria). Entre el 0.2 % y el 2.5 % de las mujeres en posparto presentan sangrado intenso entre las 24 horas y las 12 semanas posteriores al parto.

    La PPH puede ocurrir después de un parto vaginal o después de tener una cesárea.

  • El sangrado excesivo es el signo más evidente de hemorragia posparto.

    También puede presentar signos de shock, como los siguientes:

    • Visión borrosa

    • Escalofríos

    • Náuseas o vómitos

    • Aturdimiento, debilidad o mareos

    • Latidos rápidos del corazón o palpitaciones

    • Respiración rápida o superficial

    • Piel pálida o húmeda

    • Incomodidad

    • Confusión

    Llame al 911 para recibir atención de emergencia si presenta signos de shock y aún no está en el hospital.

  • Los factores de riesgo para la hemorragia posparto incluyen:

    Sin embargo, muchas mujeres que tienen PPH no tienen ningún factor de riesgo.

  • La causa más común de PPH es cuando el útero no se contrae de manera efectiva después del parto. (Es necesario que esto ocurra para cerrar los vasos sanguíneos que estaban conectados a la placenta). Cuando esto no sucede, el útero permanece grande y blando, y se presenta sangrado. Esto se denomina atonía uterina.

    Es más probable que ocurra atonía uterina si:

    Otras causas de PPH incluyen:

  • Si tiene una hemorragia posparto, deberá permanecer en el hospital hasta que el sangrado esté bajo control y su condición sea estable. Su proveedor la examinará y tratará de determinar la causa del sangrado. Hay una serie de pasos que su equipo médico podría seguir mientras usted está en el hospital:

    Masaje uterino. Su proveedor masajeará su útero insertando una mano dentro de su vagina, colocando la otra mano sobre su vientre y comprimiendo suavemente su útero entre sus dos manos. También extraerá la sangre coagulada, revisará si hay placenta retenida y la extraerá del interior de su útero para ayudar a que este se contraiga.

    Líquidos y medicamentos intravenosos y un catéter. También se le administrarán líquidos y medicamentos por vía intravenosa para ayudar a que el útero se contraiga y se detenga el sangrado. En la mayoría de los casos, el medicamento funciona muy rápidamente. En casos raros (si el sangrado no se detiene o sus signos vitales no son estables), recibirá una transfusión de sangre.

    Su proveedor también puede insertar un catéter para vaciar la vejiga. (Una vejiga llena hace que sea más difícil que el útero se contraiga).

    Examen. Su proveedor le realizará un examen para determinar la causa del sangrado. Le palpará el útero y buscará laceraciones que podrían ser la causa del sangrado, así como cualquier fragmento de placenta que aún esté adherido al útero. Si el examen le resulta incómodo o doloroso, es posible que se le administren analgésicos. 

    Es posible que también se le realice una ecografía para comprobar si quedan restos de tejido placentario en el útero. Si el sangrado o el dolor son demasiado intensos como para realizar una evaluación clara, es posible que la trasladen al quirófano para que el médico pueda realizar un examen pélvico más completo (u otros tratamientos) mientras está anestesiada.

    Reparación de daños. Es posible que necesite puntos de sutura para reparar cualquier desgarro o un procedimiento llamado dilatación y curetaje (D y C) para extraer la placenta restante. Es posible que se le coloque un pequeño “globo” en el útero. Esto crea presión contra las paredes uterinas para comprimir los vasos sanguíneos y estimular la coagulación de la sangre. Por lo general, se deja durante la noche, junto con un catéter para mantener la vejiga drenada. Otra forma de hacerlo es con un dispositivo que crea un vacío en el interior del útero, lo que hace que se contraiga y cierre los vasos sanguíneos abiertos.

    En muy raras ocasiones, para detener una hemorragia es necesaria una cirugía abdominal o una histerectomía. (El riesgo de necesitar una histerectomía es mucho mayor si tiene placenta previa o placenta accreta, o si ha tenido una cesárea previa).

    Ateción posterior. Como parte de la atención posparto de rutina, se le tomará la presión arterial y el pulso regularmente para ayudar a su proveedor a evaluar cómo su cuerpo está lidiando con la pérdida de sangre. Una presión arterial anormalmente baja o un pulso alto pueden ayudar a su proveedor a decidir cómo proceder con el tratamiento de la PPH.

    Una vez que se controle el sangrado, continuará recibiendo líquidos y medicamentos por vía intravenosa para ayudar a que el útero permanezca contraído, y se controlará su salud en general. 

    También se le harán análisis de sangre para comprobar si tiene anemia y, si es necesario, para ver si su sangre coagula normalmente. Es posible que necesite una transfusión de sangre o hierro por vía intravenosa.

  • En general, la recuperación dependerá de la cantidad de sangre que haya perdido y de cuáles hayan sido sus “reservas”, es decir, si estaba anémica antes de tener una PPH. También es posible desarrollar anemia por la pérdida de sangre. Tenga en cuenta que puede sentirse débil y mareada al principio, así que tenga cuidado al levantarse de la cama.

    Cuando llegue a su casa, es importante que descanse mucho, beba suficientes líquidos para mantenerse hidratada y coma alimentos nutritivos. Además de las vitaminas prenatales con ácido fólico, es probable que su proveedor le recete un suplemento adicional de hierro para prevenir o tratar la anemia causada por una pérdida excesiva de sangre.

  • Llame a su proveedor si tiene un sangrado que empapa más de una toalla sanitaria en una hora o si tiene coágulos de sangre más grandes que una pelota de golf. También comuníquese de inmediato si presenta un nuevo sangrado significativo después de que su sangrado posparto inicial se redujo o se detuvo.

    Nota: Llame al 911 si está sangrando mucho y tiene signos de shock (consulte más arriba).

    La hemorragia posparto es una de las complicaciones graves a tener en cuenta después del parto. Lea sobre otras señales de advertencia posparto.

    Conozca más:

    ¿Cuánto tiempo permanece en el hospital después de dar a luz?

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Sobre la autora: Karen Miles es escritora y experta en embarazo y crianza de hijos y ha contribuido a BabyCenter durante más de 20 años. Le apasiona brindar información útil y actualizada a los padres para que puedan tomar buenas decisiones para sus familias. Su trabajo favorito de todos es ser "Mamá Karen" para sus cuatro hijos adultos y "Nana" para sus ocho nietos. 

Última actualización: abril de 2024

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