Preeclampsia
La preeclampsia es un problema médico grave que puede producirse durante y después del embarazo. Hace que la presión arterial de la persona embarazada suba mucho, lo que puede ser peligroso para ella y el feto. Suele producirse después de las 20 semanas de embarazo, pero también puede aparecer después del parto. En algunos casos, la preeclampsia puede empeorar y provocar eclampsia (convulsiones).
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Cualquier persona puede presentar preeclampsia, pero el riesgo es mayor en quienes tienen los siguientes factores de riesgo:
Primer embarazo
Embarazo múltiple (gemelos, trillizos o más)
Hipertensión crónica (que existía antes del embarazo)
Preeclampsia en un embarazo anterior
Diabetes (preexistente o durante el embarazo [gestacional])
Tener ciertos problemas de salud como lupus, enfermedad renal o apnea obstructiva del sueño
Obesidad antes del embarazo
Tener 35 años o más
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No todas las personas con preeclampsia presentan síntomas. Los síntomas varían y pueden incluir los siguientes:
Hinchazón de la cara, las manos o los pies
Dolor de cabeza sordo o intenso y punzante
Náuseas o vómitos
Dolor en el abdomen y/o en el hombro derecho
Cambios en la visión, como ver manchas o tener visión borrosa
Lumbalgia, especialmente cuando se produce junto con dolor abdominal o en el hombro derecho
Aumento repentino de peso (3 a 5 libras en una semana)
Falta de aire o dificultad para respirar
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La hipertensión puede afectar temporalmente a los riñones, el hígado, los pulmones, la sangre y el cerebro. La mayoría de los efectos de la preeclampsia desaparecen poco después o en las 6 semanas posteriores al parto. Sin embargo, tener preeclampsia aumenta el riesgo de cardiopatías para el resto de la vida.
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El feto puede crecer más despacio (restricción del crecimiento fetal).
La cantidad de líquido amniótico puede ser demasiado baja.
Es posible que sea necesario un parto prematuro para tratar la preeclampsia, lo que puede provocar que el bebé nazca antes de tiempo (prematuro). Los bebés prematuros corren el riesgo de tener muchos problemas de salud. Por ejemplo, problemas para respirar, comer y mantenerse calientes.
La preeclampsia puede aumentar el riesgo de desprendimiento prematuro de la placenta, que es cuando la placenta se separa repentinamente de la pared del útero. Puede provocar sangrado intenso (hemorragia) durante el parto que pueden poner en peligro la vida de la madre.
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La preeclampsia se diagnostica cuando usted tiene la presión arterial alta (la cifra máxima es de 140 o más o la mínima es de 90 o más) después de 20 semanas de embarazo, además de uno de los siguientes factores:
Niveles altos de proteína en la orina (la capacidad de los riñones de filtrar la proteína de la sangre está alterada).
Bajo recuento de plaquetas (es posible que la sangre no coagule correctamente).
Niveles altos de creatinina (los riñones no funcionan correctamente).
Enzimas hepáticas altas (el hígado no funciona correctamente).
Líquido en los pulmones.
La preeclampsia se diagnostica como “grave” cuando se presentan determinados signos y síntomas. Estos se denominan “características graves”. Algunos de los signos y síntomas que se presentaron anteriormente se consideran características graves:
Recuento bajo de plaquetas
Niveles altos de creatinina
Enzimas hepáticas altas
Líquido en los pulmones
Otras características graves son las siguientes:
Presión arterial muy alta (la cifra máxima es 160 o más; la cifra mínima es 110 o más).
Un nuevo dolor de cabeza intenso que no desaparece.
Problemas de visión.
Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
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El tratamiento de la preeclampsia implica un control cuidadoso para tratar la afección y reducir los riesgos tanto para usted como para su bebé. El parto suele ser el tratamiento final, pero hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de decidir cuándo dar a luz:
En qué fase del embarazo se encuentra.
Si tiene características graves.
Su evolución.
El estado del feto.
Si tiene preeclampsia y aún faltan semanas para la fecha prevista del parto, pero usted y el feto evolucionan favorablemente y no presenta características graves, es posible que pueda esperar hasta que el embarazo esté más avanzado antes de tener al bebé. Le harán controles periódicos de la presión arterial, análisis de laboratorio y ecografías.
Si tiene características graves, el profesional de atención médica estudiará detenidamente la mejor forma de actuar. Las personas pacientes con características graves podrían monitorearse cuidadosamente durante un tiempo sin parto inmediato para ayudar a prolongar el embarazo de forma segura. Durante este tiempo podrían utilizarse antihipertensores, que ayudan a bajar la presión arterial, y corticoesteroides prenatales, para ayudar a madurar los pulmones del bebé si se prevé un parto prematuro. Podría ser necesaria su hospitalización para realizar un monitoreo estrecho hasta el parto. Usted y el profesional de atención médica sopesarán los riesgos y los beneficios de la espera frente al parto, teniendo en cuenta factores como su estado, el estado del bebé, los riesgos de la espera y lo prematuro que será su bebé en el momento del parto.
Durante el parto, es posible que reciba medicamentos para prevenir las convulsiones (eclampsia) y controlar la presión arterial.
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podría ayudar a prevenir la preeclampsia en determinadas personas. Hable con el profesional de atención médica para saber si este tratamiento es adecuado para usted.
Datos Rápidos
La preeclampsia es una afección grave en la que la presión arterial de una persona embarazada aumenta a niveles muy altos. Suele producirse después de las 20 semanas de embarazo y también puede aparecer después del parto.
La preeclampsia puede aumentar los riesgos tanto para la persona embarazada como para el feto y provocar convulsiones (eclampsia). Puede afectar temporalmente a los riñones, el hígado, los pulmones, la sangre y el cerebro de la persona embarazada. La preeclampsia aumenta el riesgo de cardiopatías durante el resto de la vida.
Entre los factores de riesgo figuran que se trate del primer embarazo; afecciones preexistentes como hipertensión, diabetes o insuficiencia renal; obesidad; edad superior a 35 años y embarazo múltiple (p. ej., gemelos o trillizos).
Los síntomas varían y pueden incluir hinchazón de la cara, las manos o los pies; dolores de cabeza intensos; cambios en la visión; náuseas; dolor abdominal; aumento repentino de peso y dificultad para respirar. Podría presentar niveles altos de proteína en la orina. Los análisis de sangre podrían mostrar problemas de coagulación y de funcionamiento de los riñones y el hígado.
El tratamiento de la preeclampsia es el parto. El momento del parto depende de lo avanzado que esté el embarazo, de la gravedad de los signos y los síntomas, y del estado de la madre y el feto.
La toma diaria de aspirina en dosis bajas entre las semanas 12 y 28 de embarazo podría ayudar a prevenir la preeclampsia en algunos casos.
Glosario
Apnea obstructiva del sueño: afección en la que el flujo de aire se bloquea periódicamente durante el sueño, lo que provoca ronquidos y episodios en los que la respiración puede detenerse (apnea).
Creatinina: sustancia química que producen los músculos y que los riñones eliminan del cuerpo. Su nivel en la sangre puede medirse para evaluar la función renal del cuerpo.
Diabetes: una afección en la que el nivel de azúcar en la sangre de una persona es demasiado alto. Puede ser causada por la falta de insulina, una sustancia química del organismo que ayuda a transportar el azúcar del torrente sanguíneo a las células. También puede ocurrir cuando las células no responden adecuadamente a la insulina.
Desprendimiento prematuro de la placenta: complicación grave del embarazo en la que la placenta se separa demasiado pronto del útero. Suele ocurrir en el tercer trimestre o durante el parto. Los síntomas incluyen dolor abdominal y sangrado vaginal.
Eclampsia: afección grave que provoca convulsiones en una persona embarazada con preeclampsia.
Ecografía: uso de ondas sonoras para crear imágenes de órganos internos o del feto durante el embarazo.
Enzimas: sustancias químicas que aceleran las reacciones químicas en el cuerpo. El nivel de muchas enzimas en la sangre puede medirse para evaluar la función de varios órganos.
Feto: el producto de la concepción que aún no nació de un ser humano que se desarrolla en el útero; la etapa fetal dura desde las nueve semanas hasta el nacimiento.
Hemorragia: sangrado muy abundante que puede poner en peligro la vida.
Lupus: trastorno en el que hay niveles altos de unas proteínas inmunitarias llamadas anticuerpos que atacan a los tejidos del propio cuerpo; puede afectar a muchos órganos del cuerpo y causar problemas en la piel (erupción cutánea), los músculos (dolor muscular) y las articulaciones (artritis); inflamación del corazón, el riñón, el cerebro y el pulmón; y trastornos sanguíneos como la anemia.
Plaqueta: tipo de componente sanguíneo que interviene en la coagulación.
Preeclampsia: trastorno que puede ocurrir durante el embarazo, en el que la presión arterial sube demasiado. Puede dañar muchos órganos del cuerpo, como los riñones, el cerebro y el hígado.
Restricción del crecimiento fetal: afección en la que un feto mide mucho menos de lo esperado para su edad gestacional.
Última actualización: julio de 2024