Vasa Previa
Los vasos sanguíneos fetales normalmente están protegidos por el cordón umbilical o por la placenta. La vasa previa es una afección poco frecuente pero seria en la que los vasos sanguíneos fetales desprotegidos recorren las membranas fetales que rodean al feto y se encuentran sobre el cuello uterino. Cuando el saco amniótico se rompe (“se rompe la fuente”) antes del trabajo de parto o durante el trabajo de parto, estos vasos pueden romperse y causar un sangrado fetal grave y, en algunos casos, la muerte. Afortunadamente, la mayoría (98 %) de los casos de vasa previa se detectan al principio del embarazo, lo que permite al equipo de atención médica controlar la salud del feto y programar un parto por cesárea anticipado para evitar estas complicaciones.
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Cuando los vasos sanguíneos desprotegidos se encuentran sobre el cuello uterino, pueden existir riesgos serios para el feto. El feto puede recibir menos sangre y oxígeno si los vasos sanguíneos de las membranas están comprimidos. Además, cuando el saco amniótico se rompe (cuando se rompe la fuente), los vasos sanguíneos fetales en las membranas pueden desgarrarse y causar un sangrado fetal. Esto puede provocar una pérdida grave de sangre fetal, anemia (bajo recuento sanguíneo) o incluso muerte fetal. Sin embargo, la detección temprana y el tratamiento cuidadoso pueden prevenir complicaciones y la pérdida del embarazo en la mayoría de los casos.
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Existen varios factores de riesgo para la vasa previa:
Inserción velamentosa de cordón umbilical: En una inserción velamentosa de cordón umbilical, el cordón umbilical se adhiere a las membranas fetales en lugar de a la placenta. Este tipo de inserción deja los vasos sanguíneos fetales expuestos a medida que pasan a través de las membranas fetales. La inserción velamentosa de cordón umbilical puede estar ubicada lejos del cuello uterino (sin riesgo de vasa previa) o cerca del cuello uterino (riesgo de vasa previa).
Placenta bilobulada: Una placenta bilobulada tiene dos partes (lóbulos) conectadas por una fina banda de tejido en lugar de un solo lóbulo. Si esta fina banda de tejido está cerca del cuello uterino, se trata de un tipo de vasa previa.
Placenta baja o placenta previa: Una placenta que se encuentra cerca o sobre la abertura del cuello uterino también aumenta el riesgo de vasa previa. A veces, cuando una placenta previa se resuelve y se mueve hacia arriba en el útero, los vasos fetales permanecen cerca del cuello uterino y quedan expuestos en las membranas fetales, lo que da como resultado una vasa previa.
Las mujeres embarazadas que se sometieron a una fertilización in vitro (FIV) o a una cirugía uterina previa (por ejemplo, un parto por cesárea), o que tienen un embarazo multifetal también tienen un mayor riesgo de vasa previa.
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La vasa previa generalmente se detecta mediante una ecografía entre las 18 y las 26 semanas de embarazo. Se diagnostica si se ve un vaso sanguíneo fetal sobre el cuello uterino o inmediatamente al lado de este. La detección más adelante en el embarazo puede ser difícil.
Si se detecta vasa previa durante la ecografía, su profesional de atención médica notará dónde se encuentra la placenta en relación con el cuello uterino, si la placenta tiene más de un lóbulo y la ubicación de la inserción de cordón umbilical en la placenta. Se puede realizar una ecografía que mide el flujo sanguíneo a través de los vasos, llamada "ecografía Doppler", para confirmar el diagnóstico. Normalmente, se necesita una ecografía transvaginal para evaluar mejor la vasa previa.
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El objetivo es prolongar el embarazo de la forma más segura posible, evitando las complicaciones que pueden surgir cuando se rompen las membranas o se produce el trabajo de parto. Su plan de embarazo puede incluir lo siguiente:
Se pueden administrar corticosteroides durante el embarazo para ayudar a que los pulmones y otros órganos del feto se desarrollen en previsión de un parto prematuro.
Es posible que deba permanecer en el hospital antes del parto para que la controlen más de cerca. El momento de la admisión al hospital se basa en varios factores diferentes, incluidos su historial médico, la probabilidad de entrar en trabajo de parto prematuro y qué tan lejos vive del hospital.
Por lo general, se programa una cesárea entre las 34 y 37 semanas de embarazo. Es posible que la necesite antes si surgen otras complicaciones.
Su atención se individualizará en función de los factores de riesgo únicos, los hallazgos de la ecografía y la situación clínica específica. Se puede recomendar un control fetal semanal, llamado "prueba prenatal", para controlar de cerca al feto de manera ambulatoria.
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Si le han diagnosticado vasa previa, se recomienda programar un parto por cesárea entre las 34 y 37 semanas de embarazo. Los estudios sugieren que, cuando se diagnostica vasa previa antes del parto y se realiza un parto anticipado, la tasa de supervivencia del bebé es superior al 95 %.
Durante el parto, su profesional de atención médica puede ajustar el tipo de incisión en el útero según la ubicación de la placenta y de los vasos sanguíneos. Si uno de los vasos sanguíneos se desgarra durante la cirugía, se sujetará con una pinza rápidamente para minimizar la pérdida de sangre de su bebé.
Al programar un parto por cesárea, el objetivo es equilibrar los riesgos de un parto anticipado con el riesgo del trabajo de parto o de ruptura de membranas y posible desgarro de los vasos. El parto debe realizarse en un hospital que pueda brindar atención avanzada a su bebé si es necesario, incluida una transfusión de sangre de emergencia. Los bebés que nacen prematuros pueden necesitar monitoreo y tratamiento especializados en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN).
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La cirugía láser para tratar ciertos tipos de vasa previa puede ser una opción en casos selectos. Este tipo de cirugía se realiza en un centro fetal.
Datos rápidos
La vasa previa es un problema poco frecuente pero serio que se produce cuando los vasos sanguíneos fetales que no están protegidos por el cordón umbilical o por la placenta recorren las membranas amnióticas y cruzan el cuello uterino. Puede provocar un sangrado fetal grave si las membranas se rompen antes del trabajo de parto o durante este.
La mayoría de los casos de vasa previa se diagnostican durante la ecografía del segundo trimestre que se realiza durante el embarazo. El diagnóstico temprano permite el seguimiento y la planificación del parto, lo que reduce el riesgo de pérdida del embarazo a menos del 5 %.
Los factores de riesgo de la vasa previa incluyen la inserción velamentosa de cordón, la placenta bilobulada, una placenta baja o placenta previa, especialmente si se resuelve, la fertilización in vitro, y la cirugía uterina previa.
El tratamiento puede incluir un seguimiento fetal ambulatorio semanal, corticosteroides para que los órganos fetales maduren, posible seguimiento en el hospital antes de tener al bebé y un parto por cesárea programado entre las 34 y 37 semanas de embarazo.
Glosario
Cordón umbilical: la estructura que conecta el feto en crecimiento con la placenta; contiene vasos sanguíneos que llevan oxígeno y nutrientes al feto, y elimina los productos de desecho.
Corticosteroides: medicamentos que pueden ayudar a que los pulmones y otros órganos del feto maduren, y que, por lo general, se administran si se prevé un parto prematuro.
Cuello uterino: la abertura hacia el útero ubicada en la parte superior de la vagina.
Ecografía: uso de ondas sonoras para crear imágenes de órganos internos o del feto durante el embarazo.
Embarazo multifetal: embarazo con más de un feto, como gemelos, trillizos o más.
Fertilización in vitro (FIV): procedimiento en el que se combinan el óvulo y el espermatozoide en un laboratorio. El embrión resultante se transfiere al útero unos días después o se congela para una futura transferencia.
Feto: durante el embarazo, la etapa de desarrollo desde las nueve semanas hasta el nacimiento.
Inserción velamentosa de cordón umbilical: fijación anormal del cordón umbilical a la placenta, en la que sus vasos sanguíneos se unen a las membranas que rodean al feto. Los vasos sanguíneos expuestos a veces pueden desgarrarse y sangrar.
Muerte fetal: muerte de un feto antes del parto.
Saco amniótico: la “bolsa de agua” que rodea al feto durante el embarazo.
Parto por cesárea: cirugía en la que el bebé nace a través de un corte (incisión) en el útero de la madre.
Placenta: órgano especial que se desarrolla durante el embarazo. Permite la transferencia de nutrientes, anticuerpos y oxígeno al feto. También produce hormonas que mantienen el embarazo.
Placenta bilobulada: placenta que tiene dos lóbulos conectados por una fina banda de tejido.
Placenta previa: una afección en la que la placenta crece demasiado baja en la pared del útero y queda sobre el cuello uterino. Puede causar un sangrado grave cuando el cuello uterino comienza a dilatarse (abrirse) al final del embarazo.
Unidad de cuidados intensivos neonatales: una unidad especial del hospital que atiende a recién nacidos enfermos.
Vasa previa: una afección en la que los vasos sanguíneos fetales que no están protegidos por el cordón umbilical o por la placenta recorren las membranas amnióticas y cruzan el cuello uterino.
Última actualización: octubre de 2024